Recuerdo que en 2004 me quedaba a jugar Deus Ex toda la madrugada, con 14 años me emocionaba mucho los personajes, los lugares del juego y las conspiraciones.
Lo mejor de una mente creativa
es que puede vislumbrar los más hermosos sueños. Sin embargo puede concebir los más dolorosos escenarios con igual facilidad.
Renegar de un preciado don, a cambio de tranquilidad...