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Curiosamente, por lo que nos ha llegado de la pintura de la romana clásica por los frescos de Pompeya, el uso de las sombras era muy parecido.
Según el historiador del arte Hans Belting, Giotto adoptó la teoría de su amigo Dante y presentó sus figuras con una ilusión conseguida de volumen pero al no ser cuerpos reales, deliberadamente no les otorga sombras.
En estilos muy diversos, la mujer en Léon y el mar están en continuo diálogo, en plena sintonía con su tranquilidad o con su naturaleza indomable.
Léon intentó varias veces viajar al extranjero pero sin conseguirlo, envidiando a aquellos que sí pudieron, como a su amigo Stefan Zweig.
El mar pasó a convertirse en unos de los motivos principales de su obra. Un mar inmenso, de anhelo y libertad; siempre con Ostend de fondo.
A través de la perturbación de obras de diferentes artistas y épocas, Wolfe pretende volver a otorgarles parte de la fuerza perdida y estimular al observador. Ante el deseo de la imagen a la quietud, éstas adquieren un ímpetu nuevo.
Izq: Fleur de Lis, 2010
Der: Madonna, 2016