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Edward Moran fue uno de los pintores marinos más importantes del siglo XIX. Vivió obsesionado con el mar y lo pintó de manera grandiosa, al igual que Aivazovsky o Fitz Henry Lane.
Vale mucho la pena revisar su obra. Un grande.
Toda la obra del pintor estadounidense Jeremy Mann es una pasada.
El realismo urbano de sus fríos paisajes acompaña a las solitarias figuras femeninas que representa, siempre con tonos grises, marrones y azules, huella de un estilo propio fácilmente reconocible.
Un gran artista.
Sorolla es realismo; es impresionismo, también. Pero, sobre todo, Sorolla es luz. Esa luz mediterránea que tan bien plasmó en sus cuadros.
Como decía Blasco Ibáñez: 'Aquello no es un cuadro, es la realidad... aquello no es pintar: es robar a la naturaleza la luz y los colores'.
Notre Dame es París; es la historia de quienes la vieron y un recuerdo plasmado en miles de obras de arte que el fuego no puede borrar.
Aquí, pintada por Picasso, Matisse, Utrillo y Afremov.
(Breve Hilo)