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Para ella, él era la noche... Para él, ella era la Luna... y aunque la vida los separaba... sus almas se encontraban en el mismo cielo.
Quédate conmigo
mi dulce angel de amor profundo
se que eres celestial y yo terreno
nuestros mundos disparejos
dos dimensiones sobrepuestas
y sin embargo tu silueta
ilumina la sombra de mi corazón
es tu resplandor
que me mantiene vivo
quédate conmigo
tierno angel de amor.